martes, 6 de agosto de 2019

El destierro del Cid. Etapa 4: Langa de Duero - El Burgo de Osma.

Nuestra ruta no transcurría paralela al río Duero, sino que se desviaba hacia Castillejo de Robledo, trazando una pequeña curva. Nosotros salimos de Langa de Duero por la calle Real, para desviarnos a la derecha inmediatamente y cruzar el río por su maravilloso puente medieval, el único que cruza el Duero entre San Esteban de Gormaz y la localidad burgalesa de La Vid.
Como el día anterior, las subidas más duras del día estaban localizadas al comienzo y eran por asfalto. Si mal no recuerdo decidimos recorrer este tramo inicial siguiendo la ruta cicloturista para evitar caminos de tierra, dada la hora del día. Tras cinco kilómetros de cómoda subida por carretera empezamos a bajar hacia Castillejo, en el kilómetro 11,5 de la ruta.

LA AFRENTA DE CORPES

Castillejo de Robledo es un pueblo pequeño, que debe su nombre a los restos del castillo templario que allí se encuentra. Es un punto de visita obligada, pues es allí dónde se ubica la Afrenta de Corpes, en la que los infantes de Carrión vejaron a las hijas del Cid, abandonándolas a su suerte muy malheridas.
Félez Muñoz, sobrino del Cid, las encontró y las llevó hasta Valencia, donde el Cid preparó su venganza. Tras hablar con el rey Alfonso VI, éste convocó unas cortes en Toledo, en las que el Cid reclamó las espadas que había dado a los infantes (las famosas Tizona Colada). Una vez conseguida la restitución material, el Cid pidió la de su honor: un duelo a muerte entre su gente y la de los infantes. Sobra decir que el bando del Cid fue el ganador y que, una vez consumada la venganza, las hijas fueron casadas de nuevo, esta vez con los infantes de Navarra y Aragón.
Nosotros decidimos continuar con nuestra ruta. Tras reagruparnos a la vera de la Iglesia de la Asunción, emprendimos la marcha de nuevo. Esta vez tocaba afrontar el segundo repecho del día por pistas de tierra hasta llegar a Valdanzo, en el kilómetro 21 de la ruta.
Nosotros seguimos adelante sin más dilación, llegando a Miño de San Esteban por carretera en un santiamén. Allí hicimos una pequeña parada para reagruparnos de nuevo y, tras unas cuantas fotos (no encontramos el bar del pueblo) nos pusimos a pedalear de nuevo.
Una pista de tierra nos llevaría de nuevo a la ribera del Duero, atravesando bonitos campos de cereal. Ya habíamos dejado atrás los tres «picos» más importantes del día y rodábamos con ritmo alegre hasta San Esteban de Gormaz, en el kilómetro 43 de la ruta. En Aldea de San Esteban, el pueblo anterior, un lugareño nos recomendó comer en el restaurante de «El Bomba«, así que Javi se apresuró a llamar para que nos tuviesen la mesa preparada. La cosa pintaba bien…
Fuente: Bog Joe. 

viernes, 2 de agosto de 2019

Hospederías monásticas como lugar de unas vacaciones diferentes. Oasis de paz.

Cada vez más personas, creyentes o no, acuden a hospederías monásticas, buscando el silencio, la vida en comunidad y el entorno natural de los monasterios.


Portada: Monasterio de Santa María de la Vid (Burgos) España.
En verano se suele buscar un lugar para pasar las vacaciones: playa o montaña, norte o sur, etc. Una de las prioridades puede ser alejarse de los ruidos, lograr un poco de paz tras un año de intenso trabajo y, sobre todo, disfrutar. Entre esos destinos, se han «colado» los monasterios. Cada vez más personas, creyentes o no, eligen pasar unos días en una hospedería monástica, atraídos por el silencio, la liturgia y el entorno natural. En España, hay una serie de enclaves religiosos donde también se puede acudir para descansar. Entre ellos, está el Monasterio Carmelita de Las Batuecas, donde unas jóvenes han optado por pasar un verano diferente. Más info.