domingo, 12 de mayo de 2013

Las imparables veroniquesas

DIARIO DE BURGOS Digital (12/05/2013).- Una de cada cinco religiosas de la provincia de Burgos está en La Aguilera. El Monasterio de San Pedro Regalado y los edificios que ha visto crecer a su alrededor se han convertido en una de las comunidades de monjas más importantes de España. Hace poco más de dos años que se presentaron públicamente en sociedad, con una misa de acción de gracias multitudinaria en la Catedral de Burgos, y a día de hoy siguen creciendo.

Iesu Communio, el instituto religioso femenino de derecho pontificio, cuenta en la actualidad con 220 mujeres en sus filas frente a las 185 que eran en febrero de 2011. Un año antes se hablaba de 130. Va camino de duplicarse en cosa de tres años.
Su número supone casi el 20% de las alrededor de 1.100 religiosas que tiene censadas la Archidiócesis de Burgos, donde muchos conventos no pasan de la veintena de componentes y algunos están o han estado en riesgo serio de desaparición, cuando no han cerrado. Pero en La Aguilera van en aumento, tal y como confirman al otro lado del teléfono en el convento cercano a Aranda de Duero. Desde allí Sor Andrea, que ejerce de portavoz, sostiene que su vida «es muy sencilla» y que prefieren alejarse del ruido. No conceden entrevistas y se ven obligadas a rechazar peticiones de decenas de medios de comunicación. Procuran evitar que se hable de ellas en los medios. Pero siguen dando mucho que hablar entre la iglesia burgalesa, española y hasta internacional.


Su crecimiento sorprende incluso a la administración, que la semana pasada a través del Ayuntamiento de Aranda legalizó a posteriori las cinco construcciones que el Instituto construyó en torno al santuario: albergue, salas auxiliares, celdas, locutorios y dependencias conventuales, todo ello con forma de edificios circulares. Cuando se levantaron se obviaron las perceptivas licencias de obras y ahora la Junta de Gobierno Local arandina ha tenido que otorgarles el visto bueno, con los hechos consumados.
La explosión de vocaciones en La Aguilera también ha llevado a sus responsables a solicitar la construcción de una iglesia de nueva planta, un trámite que todavía sigue pendiente ante el Consistorio de la localidad. Y tienen pendiente la restauración de la iglesia de San Pedro Regalado, a la que incluso parece estar dispuesto a contribuir el colectivo torero (el santo es su patrón) como demostraron el pasado fin de semana organizando un festival taurino cuya recaudación se anunció para las hermanas.


La rapidez con la que el nuevo fenómeno religioso parece haberse asentado sigue generando una mezcla entre admiración y escepticismo entre el resto de miembros de la comunidad católica. «Toda orden en su nacimiento ha tenido dificultades. Estos procesos siempre han sido dolorosos, costosos, llevando la cruz a cuestas como nosotros decimos», reflexiona el superior de otra orden con importante presencia en Burgos:«En su caso, sin embargo, de momento todo parece irles sobre ruedas, aunque seguro que también se enfrentarán a dificultades».
Puede ser peligroso, por ejemplo, el riesgo de morir de éxito. El de ser una comunidad demasiado numerosa como para repartirse entre las pequeñas dependencias que tienen en Lerma y el complejo de La Aguilera. Por eso hace tiempo que se especula con que Iessu Communio necesitará otras sedes, empezar a expandirse a otros territorios. Cuentan, por ejemplo, que hace unos meses estuvieron visitando una casa religiosa abandonada en Segovia, al lado del santuario de La Fuencisla, y barajaron adquirirla, pero la desecharon al carecer de campo de deportes. Sor Verónica lo consideró un déficit importante.


Porque Iesu Communio es, sobre todo, la obra de su superiora y fundadora, que proyectó y logró la escisión de las Clarisas de Lerma el 8 de diciembre de 2010, festividad de La Inmaculada, cuando Roma reconoció a la nueva orden. Todos los que han tratado a Sor Verónica (María José Berzosa antes de su ordenación, hermana del también arandino Raúl Berzosa, obispo de Ciudad Rodrigo) mencionan su carisma y su capacidad de seducción. Y su fuerte personalidad se nota en todo lo que hace la comunidad. Las llaman ‘las veroniquesas’.
Entre quienes han pasado por allí de visita es famoso el auditorio circular en el que reciben a familiares y visitantes. El ambiente que allí se genera. La alegría que transmiten las monjas y las novicias, que a muchos entusiasma y a más de uno chirría por su fuerte contraste con la dureza de la vida fuera de las paredes del convento. «No son monjas de clausura normales», explica un componente de otra orden burgalesa, que también prefiere guardar el anonimato para no despertar suspicacias.


«Charlan con la gente, tienen contacto con las visitas, prácticamente podríamos decir que hacen apostolado», añade este religioso que ha vivido en primera persona la experiencia. A la mínima, las religiosas se ponen a cantar. «Hasta sevillanas», menciona como experiencia de una de sus visitas. Y el visitante sale de allí atónito. Algunos, entusiasmados. Otros, con sensaciones contradictorias.
Al ser preguntada por el perfil de sus incorporaciones, que reducen aún más la ya de por sí joven edad media en Iesu Communio, Sor Andrea, la portavoz, asegura que «no se puede generalizar. Es muy heterogéneo». Desde fuera, sin embargo, se habla de que la cantera de esta comunidad que sorprendió a todos vistiendo con hábito de tela vaquera como signo de distinción está formada, sobre todo, por familias procedentes de movimientos conservadores de la Iglesia: neocatecumenales, Comunión y Liberación, Opus Dei...


En torno al bautizado como ‘milagro’ de La Aguilera han corrido ya ríos de tinta. Que su costoso proyecto ha sido financiado por importantes banqueros y empresarios. Que han contado con el indisimulado favor de la Conferencia Episcopal Española y hasta del Vaticano. Las monjas de Lerma-La Aguilera han crecido durante el mandato de Benedicto XVI. Ahora Roma tiene un nuevo Papa, Francisco. ¿Le han invitado a conocer su comunidad? «No decimos ni que sí ni que no», responde la portavoz de la comunidad.

Venga o no a verlas el Santo Padre, lo que seguirán necesitando serán vías de financiación para abordar los gastos de una población de más de 200 personas. Donaciones particulares o empresariales aparte, las monjas han optado por la pastelería como fuente de ingresos.


Desde antes de Navidad varios supermercados Carrefour distribuyen sus productos y la página web del Instituto, muy sobria, dispone de un enlace a la tienda on-line de ‘Pequeña Repostería’ donde se pueden hacer encargos y pagar con tarjeta de crédito, el sistema Paypal o transferencia bancaria. Quizá el bombón volcano o las tartaletas de queso con limón contribuyan a seguir expandiendo el milagro que soñó sor Verónica.

domingo, 5 de mayo de 2013

La cúpula olvidada de La Vid


Diario de Burgos Digital (05/05/2013) informa del proyecto Cúpula del Duero en La Vid. 
Aristónico Iglesias, alcalde de La Vid y Barrios, no tiene ninguna noticia «desde hace un año o así». Es el máximo responsable municipal desde mayo de 2011 y nunca ha visto un papel, ni un dibujo, ni un presupuesto ni nada que se lo parezca sobre la llamada Cúpula del Patrimonio, una iniciativa anunciada por la Junta de Castilla y León hace ya 5 años y cuyo emplazamiento se señaló entre las localidades de La Vid y Zuzones.
La idea estaba enmarcada en una actuación mucho más ambiciosa, bautizada como Plan Valle del Duero, que quizás para evitar envidias interprovinciales incluía una serie de cinco cúpulas salpicando todos los territorios por las que atraviesa el gran río de la región. Soria se llevaría la de la Energía, Burgos la mencionada del Patrimonio, Valladolid la del Vino, Zamora la de la Tecnología y Salamanca la del Agua. Todo ello acompañado de un montón de actuaciones, repartidas entre los años 2010 y 2020, con una inversión global de 1.460 millones de euros. Un proyecto de otra época.

La parte más avanzada de ese plan que impulsó la consejera soriana María Jesús Ruiz se encuentra, precisamente, en el Soto de Garray, a las afueras de la capital machadiana. Allí debía construirse la primera de las cúpulas, dentro de la también denominada Ciudad del Medio Ambiente (un proyecto más ambicioso que incluía viviendas y empresas de I+D+i), pero la semana pasada y tras varios meses de resistencia el gobierno regional decidió paralizar su construcción (una obra de arquitectura singular) tras haber gastado 52 de los 100 millones de euros previstos.
La de Soria era la más avanzada. Las de Valbuena de Duero (Valladolid) y Zamora fueron presentadas a finales de marzo, hace menos de un mes y medio, tras ser adjudicadas a los arquitectos Luis Moreno García-Mansilla y Emilio Tuñón (la del Vino) y Herreros y Mangado (la de Zamora). Cada una tenía un coste de 15 millones de euros cada una y las obras debían empezar en dos años. Pero ahora su futuro está en el aire.
«Sabía que una estaba en construcción y otra en estudio, y que la nuestra iba a ser la tercera o la cuarta», explica el regidor Iglesias. «Pero aparte de eso no hemos escuchado más que rumores y sobre todo al principio. Esto está bastante frío», confiesa.
Mucho más caliente parecía el proyecto de la Cúpula del Patrimonio cuando fue presentado públicamente en noviembre de 2009. Entonces ya había crisis, aunque nadie podía suponer que durara tanto, y se hablaba de que la idea empezaría a concretarse entre finales de 2010 y principios de 2011.
El viceconsejero de Desarrollo Sostenible de la entonces Consejería de Medio Ambiente (ahora fusionada con Fomento) hablaba de que sería un edificio ambicioso, con no menos de 10 millones de euros de inversión. Pero lo cierto es que nunca llegó a concretarse más, ni siquiera el emplazamiento exacto, su dimensión o su estética.
«Dijeron que sería en la zona que aquí llamamos ‘El Quemao’», explica de nuevo el alcalde de La Vid y Barrios. Un terreno cercano al río Duero, llano, junto al Monasterio de Nuestra Señora de La Vid en dirección hacia Soria. Se hablaba incluso de la sinergia que podría establecer con el cenobio, de la unión entre el medio ambiente y la arquitectura moderna con el arte y la historia.
Emplazada en un lugar con buenas comunicaciones, al pie de la actual carretera N-122 (y futura A-11, cuando construyan la tan esperada autovía), cercana a Aranda, a Roa, los yacimientos de Clunia y a Peñaranda de Duero, la cúpula del Patrimonio podía ser la guinda perfecta al pastel de atractivos de la comarca. La crisis, sin embargo, se la comió y ahora mismo, tras paralizar el proyecto más emblemático de todos, nada parece indicar que la administración vaya a esforzarse para resucitarla.
Nadie ha cuestionado, en cualquier caso, la congelación de la inversión soriana. Los cargos del PP de esa provincia incluso lo han visto razonable. El PSOE e IU tampoco reclaman que se retome, sino más bien al contrario, y que su dinero se reinvierta en otras necesidades. El consejero de Fomento y Medio Ambiente, Antonio Silván, defendió que el momento económico exige medidas así y apostó por centrar los esfuerzos en políticas de desarrollo industrial.
Fuentes de la Consejería han confirmado a este periódico que en el caso de la cúpula de La Vid no se ha avanzado ni siquiera sobre el papel. «No se renuncia al objetivo, pero ahora mismo hay otras prioridades», concluyen. Será difícil que nadie se atreva a dar nuevos plazos, ni siquiera para su reanudación.